Ahorro energético
El ahorro energético o eficiencia energética tiene como objetivo reducir el consumo de energía a través de un consumo responsable. Por ejemplo, al iluminar mejor una estancia podemos consumir menos electricidad.
Al reducir el consumo energético conseguimos reducir costes y al mismo tiempo promovemos la sostenibilidad económica y ambiental. Esta responsabilidad es de todos: usuarios, empresas, organizaciones e instituciones.
Podemos diferenciar entre dos tipos de ahorro de energía: el doméstico y el industrial.
El ahorro de energía doméstico se basa en el estudio, análisis y reducción de los consumos de energía en calefacción y agua caliente, en la elección y uso de los electrodomésticos, y la iluminación. Para ello se establecen unos parámetros de consumo confortable.
Por ejemplo, la temperatura media de un hogar durante el día oscila entre los 19 y 21 grados, mientras que por la noche es suficiente con 15-17 grados. Para no consumir calefacción innecesariamente, debemos vigilar que los radiadores no estén tapados y que las estancias estén correctamente aisladas.
También tenemos que tener en cuenta las horas de presencia en el hogar y adecuar el consumo de energía a nuestros horarios laborales y de descanso.
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